Wilfry Contreras no olvida su primera gran competencia como gimnasta mayor: el Panamericano de Lima 2018. “Fue una de mis primeras competencias importantes y sin duda marcó un antes y un después para mí”, recuerda con emoción. Hoy, siete años después, se prepara para representar nuevamente a su país, esta vez como el único gimnasta masculino de República Dominicana en el Campeonato Panamericano de Gimnasia Artística 2025, que se celebrará en Ciudad de Panamá.

Desde aquel debut, su evolución ha sido evidente. “He cambiado muchísimo, no solo en lo técnico, sino también en lo mental. Ahora compito con más madurez, manejo mejor la presión y disfruto más del proceso. Cada caída y cada entrenamiento me han hecho el atleta que soy hoy”, afirmó.

El ciclo olímpico pasado estuvo lleno de retos y aprendizajes para Wilfry, quien tuvo la oportunidad de disputar dos eventos clave de clasificación a los Juegos Olímpicos. Aunque el sueño de llegar a París 2024 no se concretó, el proceso dejó profundas enseñanzas: “Aprendí a valorar el camino, a no rendirme, a enfocarme incluso cuando las cosas no salen como uno espera. Me fortaleció”.

Con la mirada puesta en el nuevo ciclo hacia Los Ángeles 2028, el atleta oriundo de San Francisco de Macorís ha tomado decisiones estratégicas para potenciar su preparación. Desde el 20 de mayo se encuentra entrenando en Panamá, bajo la guía del experimentado entrenador Carlos Gil. “Sentí que necesitaba un cambio. Carlos tiene mucha visión, cree en mí, y compartimos una mentalidad de trabajo muy parecida. Eso me ha ayudado mucho a seguir creciendo”, explicó.

Pero este proceso no lo vive solo. Wilfry destaca la importancia del respaldo que ha recibido de su entorno. “Este esfuerzo es gracias a mí y a quienes me apoyan. Edwin Rodríguez, presidente de la Federación Dominicana de Gimnasia, ha sido un apoyo clave. También mi gimnasio, mis compañeros y mi familia. Todos han aportado su granito de arena y estoy muy agradecido. Detrás de cada paso que doy hay un equipo que cree en mí”.

Wilfry Contreras se presenta en Panamá con la fuerza de su historia, el aprendizaje del pasado y la mirada fija en el futuro. Su camino, más allá de los resultados, es un ejemplo de perseverancia y amor por la gimnasia.