

Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, la gimnasia ha sido un reflejo del caos y la tensión que han marcado el panorama deportivo global. La exclusión de gimnastas rusos y bielorrusos de las competiciones internacionales fue una de las primeras sanciones impuestas por la Federación Internacional de Gimnasia (FIG). Aunque en 2024 se permitió su retorno bajo bandera neutral, la sombra de la guerra sigue pesando sobre ellos, impidiéndoles participar en los Juegos Olímpicos de París y generando incertidumbre en cada evento.
El presidente de la FIG, Morinari Watanabe, recientemente reafirmó que los gimnastas rusos no competirán con su bandera mientras persista la invasión. En una visita a Moscú el 9 de marzo, y tras haber pasado por Ucrania a principios de mes, Watanabe se mostró firme en su postura, pero también intentó equilibrar su discurso. “En Ucrania, hay atletas que han perdido a sus familiares en la guerra. Es muy duro, pero debo permanecer neutral como presidente de la FIG. Tengo que proteger también los derechos de los atletas rusos”, expresó.
Pero el verdadero golpe llegó con la nueva lista de Atletas Neutrales Autorizados (AIN) publicada por la FIG, que dejó fuera a importantes nombres de la gimnasia rusa. La campeona olímpica Angelina Melnikova, junto con Viktoria Listunova y otras promesas del país, fueron excluidas del estatus neutral, mientras que algunos gimnastas con vínculos militares, como Kirill Prokopev y Daniel Marinov, sí fueron aprobados. Marinov, en particular, ha sido abiertamente partidario de la guerra y figura en listas de deportistas ucranianos que han apoyado el conflicto, lo que ha generado indignación en la comunidad internacional.
La exclusión de Listunova ha sido particularmente llamativa, ya que compitió recientemente en la Serie A de Italia y no está afiliada a clubes deportivos militares, un criterio clave para la elegibilidad como atleta neutral. Mientras tanto, a Aleksei Usachov se le negó el estatus aparentemente solo por su actividad en redes sociales, lo que ha alimentado aún más la percepción de decisiones inconsistentes por parte de la FIG.
Las reacciones no se han hecho esperar. La comunidad de la gimnasia, ya dividida por el conflicto, se encuentra en un estado de desconcierto ante los criterios aplicados por la FIG. Mientras el COI se prepara para sus elecciones el 20 de marzo en Grecia, donde Watanabe busca la presidencia, la tensión en la gimnasia internacional sigue en aumento.