La política y el deporte han vuelto a chocar con la imposición de sanciones individuales por parte de la Unión Europea a Nikita Nagorny, de 28 años, una de las figuras más destacadas de la gimnasia rusa y campeón olímpico en los Juegos de Verano pospandémicos. Aunque la medida no está vinculada a sus logros deportivos, sí lo está a su supuesto apoyo a la "operación militar especial" de Rusia en Ucrania y a unas declaraciones que, según la UE, socavan la integridad territorial y la independencia de Ucrania.

El anuncio, reportado primero por la agencia de noticias rusa TASS el lunes, forma parte de un nuevo paquete de sanciones dirigidas a Moscú, que incluyen restricciones a instituciones financieras, medios de comunicación estatales y buques militares rusos. El caso de Nagorny destaca por ser uno de los raros casos en los que un atleta ha sido sancionado directamente por la UE en relación con el conflicto en curso.

Nacido en Rostov y con solo 28 años, Nagorny es uno de los atletas más laureados en su deporte. Su talento le valió el oro por equipos en Tokio 2020, junto con dos medallas de bronce en las pruebas de concurso completo y barra horizontal. Su currículum también incluye una plata por equipos en Río 2016 y el título general del Campeonato Mundial de 2019, consolidando su estatus como una fuerza dominante en la gimnasia.

Su postura política, sin embargo, generó controversia. Desde la invasión de Ucrania, varios atletas rusos han respaldado públicamente al Kremlin, lo que ha llevado a los organismos deportivos internacionales a imponer prohibiciones y restricciones a los competidores rusos. Las sanciones de la UE contra Nagorny son parte de esta ofensiva más amplia, que aísla aún más a los atletas rusos de la competencia global.

Este último paquete de sanciones, que se extiende más allá del deporte a bancos y medios de comunicación rusos, llega en un momento delicado, solo unos días después de un encuentro diplomático entre Rusia y EE. UU. en Riad, Arabia Saudita. El 18 de febrero, funcionarios de ambas naciones se reunieron durante más de cuatro horas en un esfuerzo por aliviar tensiones. La delegación rusa incluyó al ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, y al asesor presidencial, Yuri Ushakov, mientras que Estados Unidos estuvo representado por el secretario de Estado, Marco Rubio, y el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz. A pesar del cauto optimismo en torno a la reunión, el último paquete de sanciones de la UE indica que las tensiones siguen siendo elevadas.

Más allá de sus implicaciones geopolíticas, esta sanción podría afectar gravemente la carrera de Nagorny. La gimnasia rusa ya enfrenta la exclusión de grandes torneos internacionales debido a la guerra, y su inclusión en la lista negra individual podría limitar aún más su capacidad para competir en el escenario mundial. Con París 2024 ya finalizado, la principal duda es si los atletas rusos podrán competir bajo una bandera neutral, como hicieron en Tokio 2020. Las próximas elecciones a la presidencia del COI en marzo también serán decisivas para saber qué le depara el futuro a Rusia.

Sin embargo, casos como el de Rostov plantean dudas sobre hasta qué punto la comunidad internacional hará cumplir estas restricciones. La sanción a Nagorny es otro recordatorio de que, en tiempos de guerra, el deporte nunca está realmente separado de la política, y cuando se trata de Rusia, la división se está haciendo más profunda. Según TASS, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró a principios de febrero que Rusia presionará para garantizar la participación de sus atletas en los próximos Juegos Olímpicos y Paralímpicos. "Seguimos en comunicación con el Comité Olímpico Internacional (COI)", dijo Peskov cuando se le preguntó sobre la posible inclusión del país en Milano Cortina 2026. "Defenderemos los derechos de nuestros atletas y nuestro equipo olímpico. Resolver este problema requerirá tiempo y esfuerzo adicionales".

Fuente:  https://www.insidethegames.biz
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