Simone Biles es, sin duda, sinónimo de grandeza en el mundo de la gimnasia. Con siete medallas de oro olímpicas y un legado que trasciende el deporte, ha sido coronada como la GOAT (Greatest Of All Time) indiscutible. Sin embargo, su camino hacia la cima no ha estado exento de obstáculos. Detrás de cada salto, pirueta y medalla, hay una historia de perseverancia, sacrificio y superación.

Uno de los momentos más difíciles en la carrera de Biles ocurrió después de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, donde enfrentó críticas por su decisión de retirarse de varias competencias debido a problemas de salud mental. Lejos de rendirse, la gimnasta convirtió ese momento en una misión personal: regresar más fuerte y reclamar su lugar en París 2024. Y lo logró de manera espectacular, conquistando tres medallas de oro y reafirmando su dominio en el all-around.

La lesión que pudo cambiar todo

Pero el éxito de Biles no siempre estuvo asegurado. En sus primeros años como gimnasta, una lesión en el tobillo casi pone en peligro no solo su carrera, sino también la decisión de sus padres de invertir 7.7 millones de dólares en la construcción de un gimnasio dedicado a su entrenamiento. En su libro Courage to Soar, Biles relata cómo desarrolló un espolón óseo tras un aterrizaje fallido durante el Secret Classic de Chicago.

Aunque la lesión fue tratada inicialmente, el dolor persistía. Las radiografías revelaron una acumulación de calcio que requería cirugía. Para Biles, someterse a una operación fue un momento de gran ansiedad. Incluso llegó a preguntar a los médicos si sus padres estarían con ella al despertar. La respuesta no fue la que esperaba: "No. No queremos que nadie hable en la habitación antes de que te despiertes. Queremos que salgas de la anestesia por tu cuenta".

Sin embargo, hubo un pequeño consuelo para la gimnasta: una manta con estampado de mono que su madre, Nellie Biles, le había regalado unos inviernos atrás. Este objeto, lleno de significado emocional, la acompañó en la sala de operaciones, brindándole un poco de tranquilidad en un momento de incertidumbre.

El regreso triunfal

La cirugía fue un éxito, y Biles no solo se recuperó, sino que también regresó más fuerte que nunca. Su actuación en París 2024 fue la prueba definitiva de su resiliencia. Con tres medallas de oro, incluida una en el all-around, Biles no solo recuperó su corona, sino que también silenció a quienes dudaban de su capacidad para volver a la cima.

Hoy, Simone Biles es más que una atleta excepcional; es un símbolo de fortaleza mental y física. Su historia es un recordatorio de que incluso los más grandes enfrentan adversidades, pero es la forma en que las superan lo que los convierte en leyendas.

Fuente: https://www.essentiallysports.com/