En Gainesville, Florida, Ansel Meadows-Rader, un niño de 9 años con una fuerza y determinación sorprendentes, está marcando el inicio de una nueva era en la paragimnasia masculina. Entrena en el gimnasio Balance 180 Gym, donde se unió al equipo competitivo de adaptación en 2023, sorprendiendo a todos con su dedicación y talento.

La historia de Ansel es una de resiliencia desde el inicio. Nació dos meses antes de tiempo, pasó seis semanas en la UCIN y llegó al mundo con diferencias en las extremidades inferiores, terminando sus piernas justo debajo de las rodillas. A los 11 meses recibió sus primeras prótesis, y a los 2 años y medio ya deslumbraba a su familia caminando con las manos y haciendo paradas de manos sin ayuda.

Aunque la pandemia retrasó su incursión en la gimnasia, la oportunidad llegó cuando asistió a una fiesta de cumpleaños en el Balance 10 Gym. Los entrenadores, impresionados por su entusiasmo, sugirieron que se uniera al gimnasio. En junio de 2023, tras una evaluación, Ansel fue invitado directamente al equipo competitivo de adaptación, un logro poco común para un niño de su edad y experiencia.

"Le ha encantado la gimnasia desde el primer día y ha progresado increíblemente en el último año y medio", comenta su familia. "Los entrenadores y compañeros han sido un gran apoyo. Este deporte le ha permitido explorar sus límites y mostrar su fortaleza".

Ansel está abriendo caminos en un campo poco explorado: la paragimnasia masculina. Aunque han surgido gimnastas femeninas con diferencias en extremidades, Ansel es una figura única en su región y ha llamado la atención de líderes en este ámbito. Gracias a su desempeño en competencias locales y en las Olimpiadas Especiales estatales, fue invitado a participar en una gran competencia en Atlanta, donde también formará parte de un documental sobre paragimnasia.

La inspiración detrás de su éxito no solo proviene de su familia, sino también de personas clave como Matt Johnson, un estudiante de medicina y voluntario que trabajó con Ansel durante seis meses. Aunque tuvo que mudarse, sigue siendo uno de sus mayores animadores. Asimismo, Krista Vandenbourne, copropietaria del gimnasio y profesora de fisioterapia, ha sido fundamental en la creación del programa de adaptación que ha permitido a Ansel destacar.

"Es increíble verlo crecer como gimnasta y como persona. Su historia está ayudando a cambiar la percepción de lo que es posible para los deportistas con discapacidades", señala Krista.

Con el próximo evento en Atlanta, Ansel y su familia esperan continuar inspirando a más niños a explorar la gimnasia adaptada. "Es un camino emocionante. Queremos que otros vean que no hay límites cuando se combina pasión con esfuerzo", concluyen.

 

 

 

 

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