Desde Monterrey, México, hasta los reflectores del Nacional de Gimnasia de la NGA en Anaheim, California, la trayectoria de Israel Aguilar González es una historia que inspira. Con tan solo dos años en Estados Unidos, este entrenador de 35 años no solo ha ganado medallas con sus equipos, sino también el reconocimiento más importante para un entrenador en su estado: el título de Entrenador del Año en Washington, USA.

El galardón, otorgado en junio de 2024 durante el campeonato nacional de la NGA, destacó la constancia técnica y el impacto humano que Israel ha aportado a la gimnasia artística. En una ceremonia sencilla pero emotiva, Israel recibió la noticia con alegría y gratitud:

"¡Gracias a Dios estoy viviendo mis sueños! Nunca creí ser reconocido de esta manera y tan rápido en un país en el que soy tan solo un inmigrante. Yo solo vine a hacer lo que más me gusta: enseñar gimnasia. Me siento muy valorado y querido. Espero que mi trabajo inspire a otros."

Un líder con propósito

Israel llegó a Estados Unidos con una visa de “Habilidades Extraordinarias”, un reflejo de su trayectoria previa en México y su capacidad para transformar vidas a través de la gimnasia. Hoy, como Director de Entrenadores en Seattle Gymnastics Academy (SGA), donde capacita los instructores y funge también de Head Coach en la locación de Ballard, ha inculcando no solo técnica, sino también valores de disciplina, respeto y trabajo en equipo.

El reconocimiento no fue casualidad. Según Claudia, técnica de la NGA en Washington:

"Después de ganar medalla de oro por equipos en su primer nacional (2023), nos dimos cuenta de la calidad técnica que vino a traer al estado. Valoramos profundamente su trabajo y profesionalismo que se puede ver en cada competencia.”

La huella de un entrenador excepcional

Las palabras de sus colegas y atletas reflejan el impacto de Israel más allá de los premios. Coach Ashlyn, líder en SGA Ballard, lo describe como alguien que no solo enseña, sino que transforma:

"Israel trajo experiencia, conocimiento y, sobre todo, compasión. Ha trabajado duro para construir relaciones con sus atletas y hacerlos sentir respetados y valorados. Su trabajo no siempre ha sido fácil, pero sigue adelante con una sonrisa cada día.”

Sus estudiantes también lo elogian por su dedicación y enfoque: