Béla Károlyi es una figura indiscutible en la historia de la gimnasia, pero su legado está marcado tanto por sus éxitos como por sus controversias. Desde sus inicios en Rumania hasta su llegada a Estados Unidos, Károlyi implementó un método de entrenamiento extremadamente disciplinado, centrado en la precisión y la excelencia física, que condujo a sus atletas a obtener resultados excepcionales. Bajo su guía, gimnastas como Nadia Comăneci y Mary Lou Retton alcanzaron la gloria olímpica, solidificando su reputación como uno de los entrenadores más influyentes del deporte.

Sin embargo, los métodos de Károlyi también han sido criticados por ser duros, inflexibles y, según algunas exgimnastas, excesivamente opresivos. Muchas exatletas han declarado que el ambiente creado por Károlyi era altamente estresante y lleno de presiones extremas, lo que para algunas resultó en lesiones físicas y daños emocionales duraderos. Su filosofía de "sin dolor, no hay ganancia" exigía a las gimnastas, en su mayoría adolescentes, niveles de resistencia física y mental que han sido cuestionados a medida que crecían las denuncias en su contra.

La polémica alrededor de Károlyi alcanzó otro nivel cuando surgieron acusaciones de que su estilo autoritario y el ambiente de control férreo en sus centros de entrenamiento habrían facilitado el comportamiento del exmédico Larry Nassar. Nassar, quien fue condenado por múltiples abusos sexuales a jóvenes gimnastas, operaba en un sistema que, según varios testimonios, priorizaba la obediencia y el silencio. Aunque Károlyi y su esposa, Martha, han negado haber tenido conocimiento de los abusos de Nassar, muchos consideran que la estricta cultura impuesta por ellos contribuyó indirectamente al desarrollo de estos episodios.

A lo largo de los años, algunos colegas y gimnastas han defendido el legado de Károlyi, argumentando que su riguroso sistema de entrenamiento fue clave para posicionar a Estados Unidos como una potencia en gimnasia y que sus métodos, aunque severos, no son inusuales en el deporte de élite. No obstante, su nombre seguirá siendo motivo de debate en la gimnasia mundial, oscilando entre el reconocimiento a sus logros y las graves críticas sobre su estilo y sus efectos en la salud de sus atletas.