

El leotardo, también llamado malla o trusa según la región, es una de las prendas más icónicas en el mundo de la gimnasia artística, rítmica, trampolín, aeróbica, acrobática. Aunque actualmente son el centro de atención por sus diseños brillantes y cargados de personalidad, su origen se remonta al siglo XIX y a la necesidad de libertad de movimiento en el ámbito deportivo.
El nombre "leotardo" proviene de Jules Léotard, un acróbata francés que en el siglo XIX popularizó el uso de esta prenda ajustada en sus presentaciones de trapecio. Léotard buscaba una indumentaria que permitiera una completa libertad de movimiento, lo que lo llevó a crear esta pieza ajustada al cuerpo, fabricada inicialmente en algodón. Con el tiempo, la prenda ganó aceptación en otras disciplinas físicas, incluidas la gimnasia y el ballet.
La forma de referirse a esta prenda varía de un país a otro. En España y América Latina, es común escuchar el término "malla" o "trusa" para describir el leotardo de gimnasia. En otros países, como México, suelen llamarlo simplemente "leotardo". A pesar de las diferencias lingüísticas, todas estas variantes hacen referencia a la misma prenda fundamental en el vestuario de las gimnastas.
En sus inicios, el diseño de los leotardos era sencillo, enfocado en la comodidad y la movilidad de las atletas. Sin embargo, con el paso de los años, la prenda ha evolucionado considerablemente, en especial desde la década de los 80, cuando los fabricantes comenzaron a incorporar materiales como el spandex y la lycra para ofrecer mayor elasticidad y ajuste perfecto al cuerpo.
Actualmente, los leotardos no solo cumplen una función técnica, sino que también se han convertido en una forma de expresión individual y nacional. Las gimnastas suelen lucir diseños que representan su personalidad o incluso los colores y símbolos de sus países. Los detalles de pedrería, lentejuelas y estampados elaborados se han vuelto una constante en las grandes competiciones, como los Juegos Olímpicos y los Campeonatos Mundiales, donde las gimnastas buscan destacarse no solo por sus rutinas, sino también por su imagen.
Aunque los leotardos actuales suelen ser mucho más elaborados que los de antaño, el objetivo principal sigue siendo el mismo: ofrecer libertad de movimiento y comodidad para ejecutar los complejos movimientos que exige la gimnasia. Sin embargo, la estética ha ganado protagonismo, y las marcas especializadas en leotardos se esfuerzan por combinar diseño con funcionalidad.
En algunos países, como Rusia o Estados Unidos, los leotardos de las gimnastas suelen incluir detalles patrióticos, como el uso de los colores de la bandera. Las gimnastas rusas, por ejemplo, han mantenido un estilo elegante y tradicional en sus leotardos, mientras que en Estados Unidos destacan los diseños modernos y atrevidos con toques tecnológicos, como el uso de materiales reflectantes o metálicos.
Una tendencia reciente ha sido la personalización de leotardos, donde las gimnastas pueden elegir no solo los colores y el diseño, sino también agregar detalles como cristales Swarovski o patrones bordados a mano, creando piezas únicas para cada competencia. Esto ha llevado a que los leotardos sean una extensión de la personalidad de la gimnasta y una forma de destacar en la tarima.