martes 19 de noviembre de 2024 - Edición Nº3738

Educación | 8 oct 2024

¿es tan medible como parece?

El poder de la mente en el deporte: entre el escepticismo y la fascinación

Eliud Kipchoge popularizó la sonrisa como una táctica mental para soportar el dolor en sus maratones, inspirando la creciente fe en la psicología deportiva. Sin embargo, nuevas investigaciones sugieren que la evidencia detrás de estas prácticas aún es débil y difícil de medir, lo que genera dudas sobre su efectividad real.


El momento que marcó un antes y un después para muchos aficionados al deporte fue la sonrisa de Eliud Kipchoge. Durante los últimos kilómetros de su intento de maratón sub-2 horas en 2017, Kipchoge no solo luchaba contra el agotamiento, sino que lo hacía con una serenidad asombrosa, esbozando una sonrisa beatífica. Esa sonrisa, explicó más tarde, no era casual: formaba parte de una táctica psicológica para mitigar el dolor y mantenerse enfocado. La figura de Kipchoge como un "Yoda" de la resistencia tomaba vuelo, y con ella, una pregunta emergía: ¿la psicología deportiva es realmente tan poderosa como parece?

Años después, la ciencia comienza a ofrecer respuestas ambiguas. A pesar del auge de la atención plena, el diálogo interno y las técnicas de visualización, un análisis reciente dirigido por investigadores del Instituto Karolinska de Suecia sugiere que el impacto de la psicología en el rendimiento deportivo no es tan concluyente como muchos creen. El estudio evaluó 111 investigaciones que analizaban diferentes intervenciones psicológicas en el deporte, desde el tiempo de carrera hasta la precisión en tiros libres. ¿El resultado? Si bien algunas intervenciones mostraron efectos moderados, como la atención plena y las imágenes mentales, cuando se eliminaron los estudios menos rigurosos, los beneficios se desvanecieron.

Esto generó una crisis personal para quienes, como el autor de la columna en Outside Online, habían abrazado entusiastamente la psicología deportiva. Su apoyo a estas técnicas lo llevó a publicar artículos elogiando sus beneficios, solo para encontrarse con que muchas de las pruebas que las respaldan eran tan "débiles y sesgadas" como las que critican en los suplementos deportivos.

Uno de los puntos más controvertidos del estudio es cómo se mide el éxito de estas intervenciones. Muchos de los resultados se basan en la autoevaluación de los deportistas, lo cual es problemático cuando se trata de cuantificar un desempeño objetivo. Sentirse bien durante una carrera no necesariamente significa que hayas corrido más rápido.

Sin embargo, Carla Meijen, experta en psicología del deporte, insta a mirar más allá de los resultados inmediatos. Según ella, aunque los entrenadores buscan mejoras tangibles en el rendimiento, la psicología deportiva se centra en aspectos como la motivación, la atención y la reducción de la ansiedad. Estos factores pueden no generar un cambio visible de un día para otro, pero a largo plazo, pueden ser clave para evitar el abandono del deporte y mejorar gradualmente.

A pesar de las limitaciones actuales de la investigación, el interés en la psicología deportiva sigue creciendo. Parte del desafío es determinar qué intervenciones son útiles para la autogestión, como el diálogo interno y el establecimiento de metas, y cuáles requieren la guía de un profesional entrenado.

Al final, el cerebro sigue siendo una frontera fascinante y desconocida en el deporte. Aún queda mucho por descubrir, pero como recuerda el fisiólogo Nick Tiller, la industria mundial de la salud y el fitness, con su valor de 4 billones de dólares, en su mayoría se basa en la fe de las personas en técnicas sin evidencia contundente. "Eso es todo psicología", concluye.

Fuente: www.outsideonline.com

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