Latinoamérica | 15 sep 2024
El éxodo venezolano no detiene los sueños de los jóvenes atletas.
Con solo tres meses en Estados Unidos, Hannah Deus ha encontrado en Gotham Gymnastics el lugar donde continuar su carrera deportiva. Tras una travesía difícil desde Venezuela, esta joven gimnasta entrena con una beca y mantiene firme su objetivo de llegar a los Juegos Olímpicos.
En los últimos años, la diáspora venezolana ha alcanzado cifras impresionantes, con casi siete millones de personas que han dejado su país en busca de una vida mejor, según datos del censo. Entre esta multitud, miles de jóvenes atletas, incluidos gimnastas, han encontrado refugio en distintos países, llevando consigo no solo sus sueños, sino también su pasión por el deporte. Sin embargo, la realidad para muchos deportistas no ha sido sencilla; algunos han encontrado oportunidades para seguir entrenando, mientras que otros se han visto obligados a abandonar sus carreras debido a las dificultades migratorias y la falta de recursos.
Uno de los cientos de casos es el de Hannah Deus, una joven gimnasta que, junto a su familia, emprendió un arduo camino desde Venezuela hasta Nueva York. A través de un parole humanitario, lograron establecerse en Estados Unidos, donde su primera prioridad fue encontrar un lugar para que Hannah pudiera continuar con su entrenamiento. "Su meta siempre fue entrenar aquí en los Estados Unidos, pero no sabíamos cómo lograrlo", comentó su madre.
La llegada a Nueva York no fue fácil. Después de meses de incertidumbre, finalmente encontraron Gotham Gymnastics, un gimnasio donde Ana Nuñez, dueña y entrenadora, quedó impresionada con el potencial de Hannah y decidió otorgarle una beca para que continuara su formación deportiva. A solo tres meses de su llegada, la pequeña gimnasta ya ha comenzado a entrenar diariamente, mostrando su dedicación y talento en cada sesión.
El compromiso de Hannah es claro: "Yo tengo que llegar a los Olímpicos, es mi meta", asegura con determinación. Su historia es solo una de tantas que reflejan la lucha y el sacrificio de muchos niños y niñas venezolanos que, pese a las adversidades, continúan persiguiendo sus sueños en el extranjero.
Este tipo de casos resalta la importancia de las oportunidades brindadas por los gimnasios en distintos países, donde los niveles de competencia internacional se han elevado gracias al talento de los atletas migrantes. Aunque no todos los jóvenes venezolanos han tenido la misma suerte, el ejemplo de Hannah Deus es un recordatorio del impacto positivo que puede generar el apoyo adecuado, y de cómo el deporte puede ser una vía para superar las dificultades de la migración forzada.