En los últimos 12 años, tras los Juegos Olímpicos de Río, Tokio y París, un fenómeno interesante ha comenzado a tomar forma: el aumento de consultas para clases de gimnasia artística dirigidas a adultos. Así lo señala un entrenador de gimnasia artística que ha notado un incremento en el interés de personas entre 20 y 45 años, inspiradas por las competencias olímpicas, buscando practicar este deporte.

La gimnasia artística en América Latina ha crecido notablemente, impulsada por grandes figuras nacionales, la mejora en la infraestructura y el aumento de clubes y academias. Sin embargo, la mayoría de los practicantes son niños y adolescentes entre 5 y 16 años, lo que perpetúa la percepción de que este es un deporte exclusivamente infantil. Esta visión, lamentablemente, deja de lado una parte importante de la población: los adultos.

Los adultos que desean iniciarse en la gimnasia lo hacen por diversas razones. Algunos, inspirados por los Juegos Olímpicos, ven en la gimnasia una oportunidad para desarrollar habilidades físicas que no pudieron practicar en su juventud. Otros buscan reconectarse con un deporte que practicaron de niños y que, por diversas razones, abandonaron. Sin embargo, muchos se encuentran con una barrera inesperada: la falta de clases para adultos.

"Tenemos un problema, no hay clases para adultos", es la respuesta que escuchan en muchas academias a lo largo de América Latina. Este vacío en la oferta deportiva ha generado la idea de que la gimnasia es un deporte exclusivamente para niños y adolescentes, lo que desmotiva a los adultos interesados en continuar o retomar su práctica, e incluso afecta a los jóvenes gimnastas, quienes ven limitado su desarrollo más allá de los 16 o 18 años, a menos que lleguen a un nivel élite.

Además, muchos adultos que se cansan de los gimnasios tradicionales o el entrenamiento funcional, buscan en la gimnasia artística una opción más completa que les permita no solo mejorar su fuerza y flexibilidad, sino también desarrollar habilidades acrobáticas que les resultan atractivas. Lamentablemente, en muchos países latinoamericanos, la gimnasia "muere" después de los 16 años para aquellos que no logran competir a nivel élite. Sin torneos locales, regionales o nacionales que incluyan a adultos no élite, la motivación para seguir practicando disminuye drásticamente.

Aunque algunos países han adoptado medidas para ampliar la participación de adultos, como Argentina, donde se incluye una categoría para gimnastas masculinos mayores de 40 años, o Brasil, donde es posible ver algunos atletas veteranos en competencia, estas son excepciones. En la mayoría de los países latinoamericanos, no existen eventos ni categorías para adultos.

Conclusión crítica:
Es evidente que la gimnasia artística tiene el potencial de ser mucho más inclusiva y accesible para todas las edades. Los clubes y academias deben adoptar una visión más amplia y objetiva sobre lo que representa este deporte, creando programas que no solo se enfoquen en los jóvenes, sino que también ofrezcan oportunidades a los adultos. Al hacerlo, no solo ampliarían su base de practicantes, sino que también contribuirían al crecimiento y la visibilidad de la gimnasia en todos sus niveles.

Motivación para los clubes:
Es momento de que los clubes de gimnasia en América Latina abran sus puertas a los adultos que desean practicar este deporte. No solo es una cuestión de satisfacer una demanda creciente, sino de demostrar que la gimnasia es un deporte para todos, independientemente de la edad. Implementar programas para adultos no solo beneficiará a los clubes económicamente, sino que también fortalecerá la comunidad gimnástica, fomentando un ambiente inclusivo y diversificado donde todos puedan disfrutar de los beneficios de la gimnasia.