Por: Juka Rosales

En la historia de la gimnasia rumana, pocos nombres resuenan con tanta fuerza como el de Nadia Comaneci. Con 62 años, Comaneci ostenta un impresionante récord de nueve medallas olímpicas, cinco de ellas de oro, logradas entre dos ediciones de los Juegos Olímpicos: Montreal 1976 y Moscú 1980.

Pero antes de la era de Comaneci, otra figura dejó su huella en el deporte rumano: Sonia Iovan, doble medallista olímpica que compitió en los Juegos de Melbourne 1956 y Roma 1960. Iovan, una pionera de la gimnasia, fue una de las primeras en elevar el nombre de Rumania en el escenario internacional.

El viernes 7 de septiembre, Iovan falleció en Francia a los 88 años. La Federación Rumana de Gimnasia (Federația Română de Gimnastică) expresó su pesar a través de un emotivo comunicado en el que destacó los logros y el impacto de Iovan en la historia de este deporte.

Aunque Nadia Comaneci no ofreció un extenso tributo público, sí se unió al duelo colectivo de la comunidad de la gimnasia por la pérdida de una de sus pioneras. En sus palabras, expresó un sencillo pero profundo mensaje: "Que su alma descanse en paz".