A varios días de haber concluido el Olymp Fest, el torneo de clubes organizado por el club NoLimits en Panamá, no puedo evitar sentir una profunda emoción al recordar cada momento vivido. Este evento no solo fue una competición, sino una experiencia que quedará grabada en la memoria de gimnastas, entrenadores y familias por mucho tiempo.

En toda América Latina, los torneos internacionales de clubes se distinguen por su calidad y por la dedicación con la que los atletas se preparan para dar lo mejor de sí. Sin embargo, lo que hizo que el Olymp Fest fuera verdaderamente especial fue el espíritu que impregnó cada jornada. Tras haber presenciado los Juegos Olímpicos, las jóvenes gimnastas llegaron a Panamá con una energía renovada, llenas de alegría y color, dispuestas no solo a competir, sino a compartir momentos inolvidables. Verlas en acción, con sonrisas y determinación, fue una muestra del verdadero significado de la gimnasia: una mezcla de disciplina y pasión, de esfuerzo y compañerismo.

La presencia de gimnastas de élite como Karla Navas y Hillary Heron, quienes deslumbraron en las Copas Mundo y  en París, añadió un brillo especial al evento. Fue emocionante ver a las niñas acercarse tímidamente a pedir autógrafos y fotos a sus ídolos, momentos que no siempre se dan en estos escenarios. Más aún, fue conmovedor observar cómo las pequeñas se sentaban, fascinadas, a ver los entrenamientos y las competencias de las estrellas que tanto admiran. En esos instantes, se podía sentir la inspiración que las movía, el sueño de algún día ser ellas quienes reciban los aplausos y las ovaciones.

El nivel de organización superó todas mis expectativas. Cada detalle fue cuidadosamente planeado, desde las charlas motivacionales, donde figuras como Daniela Conde cautivaron tanto a padres como a entrenadores y gimnastas, hasta su presencia en el área de competencia, brindando apoyo a las deportistas. Daniela no solo dejó su huella en el escenario, sino en el corazón de todos los presentes, haciendo que uno piense: “¡Quiero a Daniela en cada evento como este!”

El Olymp Fest fue un verdadero ejemplo de cómo se puede combinar la excelencia deportiva con el confort y la convivencia. Todo estaba perfectamente integrado: desde el alojamiento hasta la gastronomía, pasando por momentos de relax en la piscina, y, a solo unos pasos, el lugar donde se desarrollaban las competencias. Todo en un solo sitio, creando un ambiente único y especial.

Si alguna vez organizan otro Olymp Fest, no tengo dudas de que volveré, y estoy seguro de que, al igual que yo, todos los que participaron estarán agradecidos por la impecable labor del equipo logístico. Un agradecimiento profundo a los padres voluntarios, que con su dedicación hicieron que todo funcionara como un reloj; y a Carlos y Yareimi, quienes estuvieron siempre atentos a las necesidades de cada club, demostrando una entrega y pasión inigualables.

El Olymp Fest no solo fue un evento deportivo, fue un festival de sueños, de inspiración, de unión. Nos llevamos de vuelta a casa mucho más que medallas y recuerdos; nos llevamos la motivación de seguir impulsando a nuestras atletas, de seguir compartiendo y creciendo juntos. Gracias, NoLimits, por regalarnos un torneo que nos tocó el alma.