lunes 16 de septiembre de 2024 - Edición Nº3674

Mundial | 19 ago 2024

¿Es hora que la gimnasia adopte un "VAR"?


Los recientes Juegos Olímpicos de París no solo fueron un escenario de alto rendimiento y espectaculares demostraciones de talento, sino también un espacio donde la polémica se hizo presente particularmente en suelo femenino. Un error en la puntuación, que involucró a la gimnastas Sabrina Maneca-Voinea de Rumania ha reabierto el debate sobre la necesidad de incorporar tecnologías más avanzadas en la gimnasia artística para eliminar el margen de error humano.

Sabrina Maneca-Voinea del equipo de Rumania compite en la final de ejercicios de suelo femenino de gimnasia artística en el décimo día de los Juegos Olímpicos de Paris 2024 en el Bercy Arena el 5 de agosto de 2024 en París, Francia. Jamie Squire/Getty Images

El incidente en cuestión se produjo cuando Maneca-Voinea fue penalizada con una décima de punto por una supuesta salida de límites. Sin embargo, las imágenes de la transmisión, analizadas mostraron que el talón de la gimnasta nunca tocó fuera del área permitida. Esta penalización, que en el papel puede parecer mínima, tuvo consecuencias significativas: la pérdida de una medalla en un escenario tan importante como los Juegos Olímpicos.

La pregunta que surge a partir de este episodio es inevitable: ¿debería la gimnasia artística incorporar sensores y tecnologías de detección de límites, similar a lo que se ha implementado con éxito en otros deportes como el tenis? En este último, el sistema de Ojo de Halcón ha eliminado en gran medida los errores de línea, garantizando que las decisiones sean precisas y justas.

El uso de tecnología en tiempo real podría ofrecer a los jueces herramientas adicionales para revisar sus decisiones de manera inmediata, evitando así errores que, como en el caso de Maneca-Voinea, pueden cambiar el curso de una competencia. La adopción de sensores para marcar fuera de límites no solo reduciría el margen de error, sino que también aumentaría la transparencia y la confianza en el sistema de puntuación, dos aspectos esenciales en un deporte donde las diferencias en el podio pueden ser de tan solo milésimas de punto.

No obstante, la implementación de esta tecnología en la gimnasia no estaría exenta de desafíos. La gimnasia artística es un deporte con una rica tradición y una gran dependencia del juicio subjetivo, que evalúa la ejecución, la dificultad y el arte del desempeño. Introducir elementos tecnológicos para decisiones específicas podría enfrentar resistencia por parte de quienes valoran el enfoque humano y el conocimiento experto que los jueces aportan.

Sin embargo, el avance tecnológico es innegable y, con él, la posibilidad de hacer el deporte más justo. Los errores humanos son parte del deporte, pero en una era donde la precisión es alcanzable, ignorar estas herramientas podría ser una oportunidad perdida para mejorar la equidad en las competencias.

La situación vivida en París no solo nos recuerda la importancia de la precisión en los resultados, sino que también plantea una cuestión crucial para el futuro de la gimnasia: ¿cómo puede este deporte evolucionar para aprovechar las ventajas tecnológicas sin perder su esencia artística y humana? La respuesta a esta pregunta determinará si veremos una gimnasia más moderna y justa en las próximas competencias internacionales.

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