En Femenino Singular de esta semana se entrevistó a Sylvia García, directora del Club de Gimnasia Artística Pozuelo, quien colabora con la Fundación Ramón Grosso en un proyecto para llevar a un grupo de gimnastas chadianas hasta los Juegos Olímpicos de París 2024. El proyecto iniciado en 2015 ha cobrado forma gracias al trabajo de la Fundación y a los entrenamientos de las jóvenes gimnastas que han encontrado en este deporte una oportunidad que no existía en el Chad. El periodista Ángel Expósito ha escrito un libro sobre su reto, titulado «Mi abuela sí que era feminista. Mujeres superheroínas que desmontan el feminismo de postureo».

La Fundación Ramón Grosso ha trabajado en el Chad durante varios años para ayudar a los jóvenes de ese país a progresar a través del deporte. Tienen escuelas de fútbol, baloncesto, karate y gimnasia artística, esta última nació en una visita a España del padre Camille, el responsable de este proyecto educativo en el Chad. El padre Camille visitó el Club de Gimnasia Artística de Pozuelo dirigido por Sylvia García y vio la oportunidad de que la gimnasia pudiera ser la salvación de muchas niñas. La fundación ha publicado un libro solidario sobre sus inicios y desarrollo titulado «Taakem. La esperanza del Chad».
En 2016, Sylvia García viajó al Chad para conocer la realidad y realizar unas pruebas de selección para poner en marcha la escuela de gimnasia en el colegio con el que colaboran. Más de cien niñas se presentaron a las pruebas y en lugar de un grupo, se crearon cinco grupos debido a la gran cantidad de talento. La visita de Sylvia García al Chad fue impactante y desde ese momento decidió hacer todo lo que estuviera en su mano para equilibrar la situación de las niñas, objetivo que también comparte la Fundación Ramón Grosso.
En enero de 2020, cuatro gimnastas chadianas vinieron a España para completar su formación tanto deportiva como académica, y se planeaba que regresaran a su país en verano, pero la pandemia lo impidió. En septiembre de 2021, llegó la más pequeña, Bonte. La Fundación Ramón Grosso apuesta por la educación y el deporte como herramienta motivadora, comprometiéndose con los estudios. A través de la escuela de gimnasia, las niñas pueden aspirar a otras cosas y son capaces de ponerse un objetivo y cumplirlo, lo que ha mejorado su situación en un país donde el matrimonio infantil y el abandono escolar son frecuentes.
Desde que las gimnastas chadianas llegaron a España, su progreso en la gimnasia y su formación académica ha sido notable, y la Fundación Ramón Grosso y el Club de Gimnasia Artística Pozuelo ven la posibilidad de que las gimnastas puedan competir en los Juegos Olímpicos de París 2024. Esta hazaña es más que deportiva, ya que en Chad no existía la gimnasia ni la federación, y ha sido posible gracias al esfuerzo de la Fundación para crear la federación y a las oportunidades de una plaza en los Olímpicos.
El proyecto ha inspirado al periodista Ángel Expósito para escribir un libro titulado «Mi abuela sí que era feminista. Mujeres superheroínas que desmontan el feminismo de postureo», en el que cuenta la historia de estas jóvenes gimnastas y su lucha por lograr sus objetivos en un entorno difícil.
La Fundación Ramón Grosso y el Club de Gimnasia Artística Pozuelo continúan trabajando duro para apoyar a estas gimnastas chadianas y ayudarles a cumplir su sueño de participar en los Juegos Olímpicos de París 2024. A través del deporte, la educación y la formación, están cambiando la vida de estas niñas y ofreciéndoles una oportunidad para un futuro mejor.
