La sanción contra deportistas, entrenadores y oficiales rusos en el mundo del deporte tras la invasión de Rusia a Ucrania sigue escociendo en el país infractor. Marina Ulyankina es la entrenadora del equipo nacional de gimnasia artística y se ha mostrado extremadamente enfadada por el veto. La responsable ha cargado principalmente contra el presidente de la Federación Internacional de Gimnasia, Morinari Watanabe, contra el que ha hecho una amenaza muy grave.

La entrenadora de la selección rusa de gimnasia recordó al líder japonés las atrocidades a las que fue sometido su pueblo al final de la Segunda Guerra Mundial. Sus palabras textuales en redes sociales citaban a las dos bombas atómicas que recibió Japón. «Tenemos que recordar a Watanabe: Hiroshima y Nagasaki«, escribió Ulyankina. En el contexto actual, estas palabras de la mujer rusa fueron interpretadas como una amenaza. Sobre todo después de que Vladimir Putin haya hablado del potencial nuclear.
El presidente ruso ordenó a finales de febrero a sus Fuerzas de Disuasión Estratégicas -que incluyen armas nucleares y no nucleares- ponerse en «estado especial de combate» tras las «declaraciones agresivas» de los principales países de la OTAN. «Entendemos que Rusia es uno de los principales estados nucleares, y por algunos componentes modernos incluso supera a muchos. No habrá ganadores. Y ustedes serán arrastrados a este conflicto contra su voluntad. No tendrán tiempo ni de pestañear», expuso Putin a comienzos de febrero.
El mundo de la gimnasia está siendo uno de los principales focos de críticas contra el veto ruso. Ivan Kuliak fue el protagonista del fin de semana por lucir la famosa letra «Z» en su pecho durante la Copa del Mundo de Gimnasia que se disputó en Doha, Catar. Este es el símbolo que se puede ver en los tanques que su país tiene en Ucrania durante la invasión, por lo que se vio como un apoyo a la operación militar que lleva a cabo la nación de Vladímir Putin. No se ha retractado de su apoyo.